La brecha de género es una de las grandes deudas por saldar, ya que tiene un impacto directo en rubros sociales, laborales, salariales, educativos y financieros. En pocas palabras, se traduce en menos oportunidades de crecimiento para las mujeres.
Las féminas suelen tener un mejor comportamiento a la hora de pagar créditos, sin embargo, hay menos oferta crediticia para ellas. “Es increíble, pero incluso en nuestros días las entidades financieras tradicionales pueden rechazar una solicitud de financiamiento por diversos sesgos de género. Todavía se evalúa de manera distinta a un solicitante masculino que a una mujer.
Se diferencian los procesos y se ponen en la balanza aspectos personales que no deberían de tener peso en el otorgamiento de un crédito”, agregó el Managing Director de Creze.
Más y mejores préstamos para mujeres implican un mayor impacto en sus comunidades.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), las mujeres destinan alrededor del 80% de sus ganancias a sus familias; por lo que el acceso a más servicios y productos financieros podría representar una oportunidad para mejorar la calidad de una familia completa, no sólo de un individuo.