El fin de semana el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, acudió a invitación de la diputada federal Lorena Méndez Denis, a una asamblea denominada “reforma eléctrica”, que se llevó a cabo en el municipio de Comalcalco.
En su discurso el funcionario federal indicó que en el país existen dos empresas importantes para el país: Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad.
Con la anterior reforma de Enrique Peña Nieto, se dijo que, con su reforma energética, a los mexicanos les iría mejor, sobre todo para el sureste en cuanto a los precios de energía y combustibles.
Sin embargo, fue una falacia, una mentira, porque el único fin era privatizar a Pemex y a la CFE. “Hablaban de mucha inversión extranjera, y de que iban a bajar el precio de la gasolina, diésel, gas, de la energía eléctrica, y de que se construirían cientos, miles de estaciones de servicio, de gasolineras, lo que serviría para generar bajas en el precio del combustible, pero ocurrió exactamente lo contrario a partir de la aprobación de esa reforma energética”.
En los últimos 15 años la producción de petróleo del país cayó de 3 millones 400 mil barriles, a 1 millón 600 mil, a inicios de esta administración; lo mismo ocurrió en el caso de la energía eléctrica, en la cual, año con año fueron entregando a las empresa privadas, sobre todo, a las extranjeras la generación eléctrica, cerrando las plantas que eran propiedad de la nación, de los mexicanos, de la CFE, para autorizarles plantas a las privadas, en condiciones de contratación leoninas.
El director general de Pemex dijo que la CFE entre las muchas deudas heredadas que tiene, debe pagar el 100% de transportación del gas, cuando está utilizando sólo un 35%, porque así está establecido en los contratos que dejó la administración pasada.