«La ideología es el tributo de la rapiña»: Alejandro del Palacio Díaz.
Por Franklin Pérez Vargas
Una parte de la población de #Tabasco vive hoy un debate: seguir las ideas ideológicas de un partido político o las que se les imponen desde las altas esferas del gobierno federal que encabeza #AMLO.
Bombardeados con frases que dividen desde lo social, cultural, educativo hasta lo económico, nuestra gente camina desorientada, como zombis.
A #Tabasco, primero le mutilaron sus valores, sus relaciones sociales, que eran parte de su realidad. Así, falto de objetividad, el #tabasqueño: campesino, pequeño agricultor, ganadero, pequeño empresario y obrero, no pudo reconocer la crisis que se le avecinaba ante tantas teorías ideológicas que en nada le ayudaban, por el contrario, más lo despojaba de la posibilidad de su desarrollo comercial y económico. De esta forma, fue presa fácil para imponer el desorden.
Llegó, en nombre de un nuevo orden, la coerción de un estilo de vida: sin libertad a manifestarse, a elegir libremente a sus gobernantes (se olvidaron de sus usos y costumbres, para dar paso a grupos políticos), o de poder exigirle a sus autoridades respeto a sus derechos.
Cómo ejemplo, en la reciente inundación en #Tabasco, se destapó la forma de hacer política en el nuevo #régimen por parte de los funcionarios del gobierno federal y estatal: los municipales fueron solo espectadores de la pugna política.
Por otro algo, junto con #Veracruz y #Chiapas (gobernados por #Morena), Tabasco es uno de los estados con menor índice de Progreso Social, de los que menos #empleos formales genera a nivel nacional -de acuerdo al #INEGI- y con el mayor índice de #pobreza laboral.
Van dos años del nuevo régimen y #Tabasco no termina de salir de la embriaguez del triunfo electoral, en medio de manifestaciones y reclamos ciudadanos. Correo: edictonoticias_@hotmail.com