(Educación para niños)
Psic. Amanda Hernández Ortiz
Las emociones son estados internos caracterizados por pensamientos, sensaciones, reacciones fisiológicas y conductas que son subjetivas.
Hay emociones llamadas positivas porque están asociadas con el bienestar y, otras negativas porque se acompañan de malestar. Pero todas son válidas y necesarias, no podemos evitarlas, pero si aprender a manejarlas, ya que tienen una gran influencia en nuestra conducta y pensamiento.
Imaginemos que nuestro cerebro es una caja fuerte y al abrirla encontraremos a un pequeño animalito a lo que llamaremos la parte animal de nuestro cerebro, la cual cuando estamos estresados, asustados, o cuando se suscitan muchas emociones por algo que nos está pasando, reaccionamos de diferentes formas, puede ser que nos dé por salir corriendo, por huir, por atacar, pelear, morder, gritar, lo que significa que algo nos está sucediendo.
Ahora bien, cuando la parte que piensa de nuestro cerebro (la razón), abraza a nuestro pequeño animalito, las cosas funcionan un poquito mejor.
Está parte que piensa nos dice cómo podemos mimarlo. Nos invita a hablar y a expresar lo que estamos sintiendo o necesitando en primera persona, utilizando el «yo». Ejemplo: «yo me siento enojado» o «enojada», «yo estoy triste», etc. y es aquí donde nuestro pequeño animalito entiende y nos dice qué necesitamos. Por ejemplo:
Necesitamos cariño, un beso, una mirada, que me escuchen o incluso atención. Pero sobre todo podemos estar necesitando apreciación. Estas necesidades podemos pedírsela a nuestros padres, o a nuestros abuelos, y Cuando las hablamos es más fácil para ellos poder entenderlas.
Que alguien nos diga:
¡Lo estás haciendo bien!
¡Estás haciendo un buen trabajo! Sería fabuloso, porque muchas veces nos dicen lo mal que estamos haciendo las cosas, los errores que cometemos, pero pocas veces nos dicen que estamos haciendo un buen trabajo, por tanto, lo que necesitamos a las personas, hace que nuestro cerebro animal se sienta mimado, protegido, seguro y sobre todo tomado en cuenta, lo que nos ayuda a tener una autoestima sana y poder abrazar nuestras emociones.