Todos los negocios en México y en el mundo se enfocan en dos cosas: vender más y tener dinero para seguir operando. Cuando hablamos de liquidez nos referimos a lo segundo, que es la capacidad de una empresa para cubrir sus obligaciones inmediatas a corto plazo; es decir, al dinero con el que cuenta y que puede usar para invertir mientras espera el pago de las facturas. La liquidez de un activo nos indica qué tan fácil y rápido es convertirlo en efectivo.
Principalmente quienes se enfrentan a esta problemáticas son las pequeñas y medianas empresas (Pymes), ya que este tipo de compañías arrancan operaciones con poco capital, no son grandes candidatos para créditos en la banca tradicional -ya que muchas no cuentan con historial crediticio-, esperan mucho tiempo para el cobro de facturas, o no cuentan con el dinero suficiente para cumplir con grandes contratos que podrían hacer crecer la empresa.
De acuerdo con el Banco de México, el 80% de las Pymes del país se financian a través de sus proveedores, por lo que tienen periodos de espera de pagos de entre 60, 90 o hasta 120 días. Condición que hace que tengan problemas de liquidez de manera habitual.
Una empresa puede vender muchísimo, pero si no cobra a tiempo tendrá serios problemas financieros que le impedirán cumplir obligaciones como pago de servicios, compra de materia prima, pago de salarios de trabajadores o, incluso, poner en peligro su futuro.
“Hay negocios con finanzas sanas y muchas oportunidades de crecer pero que se están acabando su liquidez, porque al final es muy diferente la utilidad de un negocio a su flujo. Por ejemplo: puedo decir que yo vendí 100 pesos y que me costó 80, pero si tuve que pagar hoy los 80 pesos y voy a cobrar los 100 en dos meses, pues es dinero perdido aunque teóricamente tuve utilidad”, advierte Bernardo Prum, Managing Director en Creze, fintech especializada en préstamos a Pymes.
¿La pandemia afecta la liquidez de las Pymes?
El Director en Creze, señala que hay dos temas que están haciendo que las Pymes pierdan liquidez a consecuencia de la pandemia: por un lado están cobrando más lento de lo que están gastando; y el otro es que muchas empresas (principalmente del sector restaurantero o turístico) no están vendiendo en los valores que normalmente lo hacían, ya sea porque pararon operaciones o porque ahora operan en valores menores a los que solían hacerlo por el cumplimiento a las nuevas disposiciones sanitarias o por falta de clientes.
El panorama que deja el COVID-19 en México ya impactó al 59% de las empresas, quienes dijeron tener problemas de liquidez, según una encuesta de la consultora internacional KPMG. Muchas empresas, incluso los grandes consorcios, tienen poco efectivo y un alto volumen de cuentas por cobrar, ya que una venta no necesariamente representa una entrada de efectivo, hasta que el cliente pague.
¿Cómo saber si una empresa tiene problemas de liquidez?
El cálculo de liquidez de una empresa es sencillo: se toma el total de efectivo que entra a la operación y se divide entre el total de todas las obligaciones inmediatas y a corto plazo (año y medio), el número que resulte indica qué tan factible es que una empresa enfrenta problemas de liquidez.
Si en algo son buenas las Pymes es para manejar su efectivo, refiere Bernardo Prum, por ello les es fácil identificar cuando están perdiendo liquidez.
“Tú puedes ver en tu cuenta bancaria tus saldos promedio a principio, durante y final de mes, si tu saldo efectivo promedio está cayendo rápidamente en comparación a meses anteriores es evidente que estás teniendo menos efectivo del que tenías antes. Suma lo que tienes en el banco y si eso es mucho menor a lo que pagaste en otros meses quiere decir que estás perdiendo efectivo”, señala.
¿Qué hacer para que una Pyme no pierda liquidez?
Cabe destacar la importancia que las Pymes tienen en México, ya que generan cerca del 72% de los empleos a nivel nacional, y el año pasado aportaron 52% del Producto Interno Bruto (PIB), según el Inegi. Por ello, de acuerdo con Creze, es recomendable que sigan estos pasos para no perder liquidez:
Crear un fondo de emergencia. Lo recomendable es que este ahorro ronde entre el 25 y el 30% de las ganancias obtenidas en los “buenos meses”, este colchón ayudará a operar en los meses difíciles. Es importante que sólo se destine para casos de emergencia, que se mantenga la suma intacta y, si se puede, aportar más.
Pedir un crédito. No importa si nunca antes se ha hecho o no se cuenta con historial crediticio, hoy en día existen diversas opciones para financiamiento de Pymes. Se debe buscar las opciones que ofrezcan el mejor crédito en poco tiempo. Plataformas como Creze se caracterizan por tener un sistema totalmente digital y en tan sólo 72 horas autoriza el monto del préstamo que se requiera.
Buscar inversionistas. Pueden ser amigos, familiares o incluso otros emprendedores. Tener inversionistas ayudará a contar con recursos suficientes para seguir operando. Se debe buscar aquellos que tengan intereses en común, ya que también ellos pueden tomar decisiones sobre el rumbo de la empresa.