**Profesores montan concurso de altares indígenas.
**Los deliciosos platillos tradicionales de Tabasco estuvieron presente.
Por Alberto Sosa.
Durante un evento realizado por la Secretaría de Educación en el estado de Tabasco, en conmemoración del Día de Muertos, pareciera que en vez de altares, era un festín gastronómico.
Los altares fue la convocatoria, pero los más de doce emblemáticos montajes escenicos de diversas regiones de Tabasco, mostrando la tradición indígenas de chontal, chol y la actual.
La historia dejó de interesarme, cuando al realizar el recorrido por el recinto, mis ojos y apetito, se alinearon para un mismo fin, dándole paso al gusto.
Los exóticos platillos que habían en cada altar, hacían que el oído, perdiera el rumbo y se dejará guiar por el olfato y gusto.
Pero como no, si los tamales de pollo y puerco, aumentaban cada momento mí apetito; las maneas de frijoles con carne martirizaba más mi apetito.
El pavo sancochado, para que contarle, tenía un olor exquisito, las mojarras fritas no se quedaban atrás; el pejelagarto asado, olía delicioso.
No sabía para dónde ir, del rectángulo que conformaba el lugar, no quería salir.
La tortilla gruesa, el totoposte, el pozol, la oreja de mico, los dulces de nance, papaya, camote, cocoyol, limón real, no podían faltar.
Y para el colmo, me encuentro con un guao asado, de repente que un platillo de uliche hace su arribo al festín, desbancando al chirmol de pato y al estofado de gallina. Fue un martirio para mí, ver ésas delicias y no poder saborearlas.
Luego de ver la cara del maestro Santana Magaña e invitados al evento, que eran atacado psicológicamente, entendí que los platillos, dulces y pozol, no eran para probarlo, por no ser para los vivos.
Yo estaba como el gato lamiendome los bigotes que no tengo, esperando el momento de la degustación, pero me equivoqué, porqué no era un evento gastronómico, sino de Altares.